Cuando era pequeña me dijeron que el amor existía. Qué digo, valga la redundancia, me lo siguen diciendo. Yo quería creerles fervientemente.
Que me enamorara. Que lo mejor estaba por venir. Que sería bonito. Y así lo veía yo.
La ilusión del primer amor.
¿No?
¿Pero qué pasa cuando nunca termina? ¿Cuando tu vida asemeja a la serpiente que se muerde la cola? Mejor dicho, a dos serpientes que se muerden la cola mutuamente. Un nunca acabar.
Sí, puede que te suene: La Historia Interminable. Bonito título para mi vida.
Ende, espero que no te moleste que lo tome prestado. Solo serán unos cuantos años.