sábado, 3 de diciembre de 2016

Cuando piensas que tienes el karma jodidamente negro es porque realmente lo tienes.

Mentiroso, embustero, ruin, zafio, cipote, desgraciado, falaz, falsante, trolero, alcornoque, capullo, cenutrio, ceporro, idiota, zopenco, engreído, presuntuoso, petulante, fantasma, calumniador, cuentista, descerebrado, zoquete, fantoche, gañán, lerdo, gilipollas, mentecato, merluzo, estúpido, simple, inmaduro, cretino, imbécil, pelele, tonto, hipócrita,cínico, mendaz, fullero, patán, tarugo, tramposo, falso.

Todas estos maravillosos adjetivos que aquí veis dispuestos describen al capullo de turno (ya notaréis que capullo es mi palabra favorita para describir la tan increíble y exuberante fauna masculina).


Si la vida fuera justa, ciertos hombres tendrían tatuados un mínimo de dos de las anteriores palabras en la frente. Pero como no lo es, me quedo con el karma. El maravilloso karma, que provoca hemorroides a quien se lo merece. Ese que provoca que una forajida en la noche saque a pasear la llave justo cuando pasa casualmente, recalco lo de casual, por al lado del coche del insensato que se atrevió a ponerle los cuernos y grabe en el capó de su tan apreciado coche una bonita frase como: "La vaca da leche, la gallina da huevos y mi ex da pena". Y está justificado.

Hablando de ese tipo de karma, sólo usadlo en caso de emergencia, no podemos ir por ahí poniendo patas arriba la ciudad, quemando contenedores y escribiendo múltiples insultos con spray en las casas de desgraciados que requieren una dosis de humildad o inteligencia.

Quitando lo anterior, podemos dividir a los hombres en tres clases (el que encuentre otra clasificación que me informe, estaré encantada de tenerla presente):

Tipo 1: Macho Alfa desesperado busca hembra desesperada para fornicio casual en local de moda.
Descripción: Joven pagado de sí mismo, sin cerebro y sin vergüenza. Chuloplaya en ratos libres (que son muchos).
Horario: Cuando a él le venga en gana. (Sobre todo nocturno).
Trauma: En muchos casos miembro viril pequeño que oculta con horas de gimnasio y dosis de bravuconería.
Fecha de caducidad: Hasta cuando él quiera o cuando a ti se te pase la gilipollez.
Tipo 2: Calzonazos.
Descripción: Joven con complejo y relaciones fallidas (o nunca ha tenido ninguna).
Horario: Cuando tu quieras.
Trauma: Relación con ex hija de puta no superada o ausencia de relaciones previas.
Fecha de caducidad: El aburrimiento o la necesidad de acción.
Tipo 3: Tengo novia, o mejor; tengo novio.
Descripción: Guapo a rabiar. Aparentemente el hombre perfecto con el que todas soñamos.
Horario: Por favor, es el hombre perfecto. Me pasaría la vida entera chupándolo de arriba a abajo como un caramelo.
Trauma: Pareja estable: "chica perfecta" -no tan perfecta, porque no sabe que existo que si no...- o bien novio guapo a rabiar (porque todos los guapos son gays, aceptémoslo, la otra acera está mejor surtida que la nuestra, chicas).
Fecha de caducidad: La misma que los yogures, o sea, ninguna. Hay que ser tonto para dejarlo escapar así que digamos... NUNCA, la eternidad está bien, suena... estable.

Y este es mi análisis del sector masculino, sé que es muy primario y simple, pero tristemente verdadero. Pensémoslo sensatamente, el convento no está tan mal: puedes llevar una selva en cada sobaco, y las piernas como un un orangután recién traído de Malasia. No tienes que preocuparte porque la ropa te siente bien, porque directamente no te sienta. No tienes que teñirte ni peinarte, porque nadie te ve el pelo. Adiós tangas y sujetadores, hola bragafaja y compresas modo pañal. Hola a la vida religiosa.




No hay comentarios:

Publicar un comentario